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Como preparar a un testigo

Por más que busquen y rebusquen rara vez encontrarán a un abogado que les quiera contar uno de los secretos mejores guardados: ¿cómo se prepara a un testigo? Averigue porqué nadie se lo ha querido contar hasta ahora…

  1. SIN MENTIRAS. Los abogados más mayores jugaban con una gran ventaja: eran muy pocos y su secretismo obedecía precisamente a eso: si la gente sabía cuales eran sus triquiñuelas, sería algo así como revelar los trucos del mago y cualquiera podría imitarlos. Sus comportamientos obedecían a la educación de la época: tremendamente rígida, encorsetada y poco comunicativa, en una sociedad que vivía en permanente mentira. Y ese era uno de sus grandes errores, inducir a los testigos a mentir. Mentir es fabular, es un esfuerzo considerable de la imaginación.
  2. ES MUCHO MÁS SENCILLO DECIR LA VERDAD: ¿si o no?. Si, pero como dicen los ingleses existen “tres caras de la verdad”: La mía, la suya y la verdadera. Una de las primeras técnicas que realizamos es extraer al testigo “SU VERDAD”.
  3. Nunca digas “LA VERDAD Y NADA MÁS QUE LA VERDAD”. Una cosa es su versión y otra es decirlo absolutamente todo sin pulir por un abogado. Hace muchos años un individuo agredió impunemente a mi cliente y un familiar de ambos se interpuso y le golpeó con un tablón en la cabeza. Yo defendí a los dos, les maticé “su verdad” y les rogué a ambos, que dado que todo había sido en defensa propia, intentaran decir en todo momento que se “intentó repeler la agresion con lo primero que encontró por el suelo, sin recordar muy bien que era, con la única intención de quitar de encima al agresor de mi primo, que estaba en el suelo sin poder defenderse y siendo golpeado”. Pues bien, mi cliente salío absuelto (pese a haber golpeado a su agresor) y su primo condenado, todo porque dijo que iba a ir “con la verdad por delante” confesando que agarró un tablón de madera, se acercó por la espalda y golpeó con todas sus fuerzas en la cabeza al agresor de su pariente. Añadir que el agresor iba buscando pelea, y tenía antecedentes penales hasta por agredir a la policía.
  4. ACOMODARSE A LA PERSONALIDAD DEL TESTIGO: Les confesaré un secreto: la culpa de que este señor, el que golpeó con el tablón al agresor, acabara condenado, pese a no seguir mis consejos, FUE TODA MÍA. ¿Saben porqué? Porque no me adapté a su personalidad. Cuando me decía que quería ir “con la verdad por delante” tenia que o haberme adaptado a su carácter ultrasincero, o renunciar a su defensa. De poco valió hacerle ver las consecuencias de su testimonio tan revelador.
  5. CONCLUSION: Hay que decir la verdad, si, pero matizada, desde nuestro punto de vista un tanto subjetivo, sin mentir, simplemente desde otro ángulo, algo así como los penaltys de futbol, que dependiendo del ángulo son o no son. Nunca hay que ir contra la voluntad de los testigos, sino convencerles de la conveniencia de matizar detalles sin llegar a ocultarlos si nos preguntan por ellos. Por último hay que adaptarse a su manera de ser, y en caso de duda renunciar a ellos.
  6. LAS TRES REGLAS DE ORO DEL ABOGADO CON LOS TESTIGOS:
    1. Más vale un buen testigo que cinco testigos regulares.
    2. Abstenerse –si se puede- de testigos tímidos, charlatanes y puristas.
    3. En caso de duda no preguntes por preguntar. En los juzgados ni testigos ni preguntas “van al peso”

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